El proyecto consiste en la renovación completa de un horno histórico gestionado desde 1929 por los familiares Frontoni, recientemente relevados por la Compañía Giselda. La tienda se ubica en Roma en los espacios interiores en la intersección de Via di San Francesco a Ripa y Viale Trastevere. Los espacios están en dos edificios separados, uno que se remonta a principios del siglo XVII y el otro al final del siglo XIX, construido este ùltimo para compensar el primero parcialmente demolido por la construcción de Viale Trastevere.
Las características estructurales de los dos edificios se han reportado a la luz durante la rehabilitaciòn y se destaca en los dos diferentes tipos de techos: uno con vigas y tablones de madera originales, y el otro en las bóvedas de ladrillo posadas sobre vigas de acero.
A través de los años, una serie de intervenciones dirigidas a la eliminación de las paredes cooperantes resultó en la inserción de vigas metálicas y columnas también traidas a la luz, las cuales se han convertido en elementos caracteristicos del sitio y la inspiración de la ejecución que está determinada por el uso de materias primas extensas (Corten y mármol blanco para los mesones reensamblados, hierro en bruto y chapa para accesorios, mobiliario e instalaciones de las paredes, varios tipos de madera para las mesas y las paredes expositoras, mayólica siciliana hecha a mano para cubrir algunas paredes). El suelo de la zona abierta al público es de hormigón industrial encerado.
El negocio, que ofrece para la venta los productos de su horno, embutidos y quesos seleccionados, así como otras delicias culinarias, cuenta con un patio de comidas y un bar.
Desarrolla la parte abierta al público en un área de más de 150 metros cuadrados y está equipado con 50 asientos dispuestos alrededor de mesas mòviles de roble macizo que permiten el uso múltiple de la sala durante diferentes momentos del día o de la noche: una gran banca rodante sobre bisagra se utiliza, en función de la afluencia de público sobre una sola cara/pared frontal o en ambos lados.
Las otras mesas se deslizan en los soportes metàlicos fijos a las paredes y se puede montar, desmontar y volver a montar en diferentes configuraciones debido a las necesidades momentáneas.
Una gran repisa de contornos acogedores, también en madera maciza de roble se usa para la lectura de periódicos siempre presentes junto a una taza de café en la mañana. Las dos grandes pinturas en las paredes de la sala del restaurante han sido realizadas especialmente por el artista Gio Pistone.
En la parte posterior de los locales públicos se desarrollan el horno, repostería y cocina, así como tiendas y almacenes. Servicios para el personal y el público, así como salas técnicas, se encuentran en el sótano accesible por ascensor para superar las barreras.
Las características estructurales de los dos edificios se han reportado a la luz durante la rehabilitaciòn y se destaca en los dos diferentes tipos de techos: uno con vigas y tablones de madera originales, y el otro en las bóvedas de ladrillo posadas sobre vigas de acero.
A través de los años, una serie de intervenciones dirigidas a la eliminación de las paredes cooperantes resultó en la inserción de vigas metálicas y columnas también traidas a la luz, las cuales se han convertido en elementos caracteristicos del sitio y la inspiración de la ejecución que está determinada por el uso de materias primas extensas (Corten y mármol blanco para los mesones reensamblados, hierro en bruto y chapa para accesorios, mobiliario e instalaciones de las paredes, varios tipos de madera para las mesas y las paredes expositoras, mayólica siciliana hecha a mano para cubrir algunas paredes). El suelo de la zona abierta al público es de hormigón industrial encerado.
El negocio, que ofrece para la venta los productos de su horno, embutidos y quesos seleccionados, así como otras delicias culinarias, cuenta con un patio de comidas y un bar.
Desarrolla la parte abierta al público en un área de más de 150 metros cuadrados y está equipado con 50 asientos dispuestos alrededor de mesas mòviles de roble macizo que permiten el uso múltiple de la sala durante diferentes momentos del día o de la noche: una gran banca rodante sobre bisagra se utiliza, en función de la afluencia de público sobre una sola cara/pared frontal o en ambos lados.
Las otras mesas se deslizan en los soportes metàlicos fijos a las paredes y se puede montar, desmontar y volver a montar en diferentes configuraciones debido a las necesidades momentáneas.
Una gran repisa de contornos acogedores, también en madera maciza de roble se usa para la lectura de periódicos siempre presentes junto a una taza de café en la mañana. Las dos grandes pinturas en las paredes de la sala del restaurante han sido realizadas especialmente por el artista Gio Pistone.
En la parte posterior de los locales públicos se desarrollan el horno, repostería y cocina, así como tiendas y almacenes. Servicios para el personal y el público, así como salas técnicas, se encuentran en el sótano accesible por ascensor para superar las barreras.
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