WOOD AND THE DOG StudioErrante Architetture, Sarah Becchio, Paolo Borghino


La barraca, a pesar de su irrisorio tamaño en sí, incluye una serie de características que se reflejan en varias soluciones formales. 


Es una leñera para almacenar la madera que arderà en la chimenea de la casa de los clientes.  
Las fisuras que caracterizan a la caja de madera aseguran la ventilación necesaria para el secado de dicha madera.  


Es un área de refugio y de interacción entre el interior y el exterior del patio, un centro de gravedad que toma vida: el nicho del lado sur es una banca especial para los humanos y animales.  


Es un área de trabajo y área de servicio fuera de la casa. El tabique de hormigón armado, que define parte de la elevación al este, se pliega en el interior para formar un plano de apoyo  en el cual se encuentra un lavabo empotrado de gran dimensiòn.  


Es un dispositivo para la delimitación espacial, una cortina de definición entre aquí y allá. Se mantuvo la pared del edificio anterior, con su textura irregular, la misma fue consolidada y dejada al descubierto, como apoyo de la nueva construcción.
 

Los detalles son mínimos.  
Literalmente:

Base de hormigón armado, muros y bordillos.  


Madera para casi todo.  
Estructura laminar. Revestimiento de castaño carbonizado y de techo. 
Castaño natural para ventana y puerta.  

Compensado para insertos y el nicho.  
Un tronco viejo para la grada de ingreso.  


Hierro en el marco de la puerta.  En fin, son una pared, una caja con un nicho, una puerta con una ventana, dos pivotes, una grada y una manija. Casi nada más.

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