El
simbòlico proyecto de la puerta de entrada de la 50ª Bienal de
Venecia invita a vivir la ciudad, persiguiendo el concepto del
nacimiento y el vinculo con la matriz: el cordón umbilical, el mismo
que fomenta la experiencia de pasar dentro de un cilindro hecho de
acero Corten.
Las
nuevas oficinas y la billeteria se han fabricado con una serie
múltiple de tubos instalados en el ingreso de Giardini, cubiertos
con un techo del mismo material.
El
mismo tipo de objeto ha sido colocado en quince plazas de las
ciudades italianas, buscando y pretendiendo la creación de una "red
de experiencias». El desafio era crear una interferencia dentro de
algunos espacios públicos consolidados, ubicandola con exactitud en
las intersecciones de las principales vias de acceso, de este modo se
buscaba transtornar la forma tradicional de entender y vivir cada
lugar concreto.
En algunos casos se enmarcan edificios especiales,
pero, sin ninguna finalidad didáctica, que pueden ser percibidos por
personas de muchas maneras diferentes: patinaje, relax,
juego, amplificar sonidos ...
Estas
piezas también contienen y, metafóricamente, transportan información
sobre la inversión del flujo de la Bienal a diferencia del mètodo
convencional que suele traer información a la gente a través de él,
invitando a todos a hacer una experiencia en el espacio para obtener
información sobre la Bienal de Venecia.
El
cordón umbilical es un cilindro de acero Corten de 200 metros de
largo, construido con elementos modulares. Cada módulo es de 1,25
metros de largo con un diámetro de 3 metros. La dimensión mínima
se compone de seis módulos.
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