El Castillo de Rivoli, cuya peculiar estructura se
encuentra en la colina Morenica de Rivoli-Avigliana,
es uno de los símbolos más importantes de la dinastía de los
Saboya, parte integral de un diseño que desde finales del 500
conduce a la creación de la denominada Corona de las Delicias: símbolo y celebraciòn de poder absoluto.
El complejo consta de
dos edificios: el Castillo (ahora con su aspecto del siglo XVIII) y
enfrente la Manga Larga, construida en el año 600, concebida como galería de arte por el duque Carlo Emanuele I.
Los
dos edificios están separados por el atrio, metafòricamente grieta
a cielo abierto, del cual se alzan magestuosas las paredes
inacabadas del Castillo y la Manga Larga. En el centro del complejo
las columnas y pilastros pertenecientes al grandioso proyecto
Juvarrian que se elevan hacia el cielo. Los dos edificios que
pertenecen a dos períodos diferentes, fueron recuperados y
evidenciados en su diferente naturaleza.
La restauración opta por mantener y conservar la evidencia
sobreviviente, dando importancia a cada momento de la vida del
Castillo.
Andrea Bruno, el proyectista, evita hacer falsificaciones y
acabados, respetando la arquitectura, que se convierte en imagen real
de la historia y las vicisitudes de la estructura. De esta manera se
han conservado estuco, molduras, pinturas dañadas por la negligencia
de la época y los hombres, tanto interna como externamente.
Bruno, para destacar el atrio inconcluso, idea un voladizo panorámico que emerge de la gran muralla de ladrillo del Castillo, la gran escala externa en suspensión, así como el puente que permite pasar sobre la gran bóveda de la sala 18, poniendo en diálogo pasado y la contemporaneidad.
Bruno, para destacar el atrio inconcluso, idea un voladizo panorámico que emerge de la gran muralla de ladrillo del Castillo, la gran escala externa en suspensión, así como el puente que permite pasar sobre la gran bóveda de la sala 18, poniendo en diálogo pasado y la contemporaneidad.
El
proyecto del restaurante en la corte externa, junto a la Manga Larga,
hace hincapié, una vez más en la relación entre lo contemporáneo
y el pasado, una no arquitectura, solo un contenedor con vidrieras y actores, que cambian de hora en hora; la esencia del espacio es la cocina y la historia que lleva destràs de si cada PLATO.
Davide Scabin, chef internacional, es el precursor dl moderno concepto: "ART & FOOD DESIGN".
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