Blow es el primer mueble inflable para salón, el primero ha ser
producido en masa y el primero a registrar ventas unitarias elevadas. Blow también ayuda a la empresa fabricante, Zanotta, ha obtener su reputación internacional.
Esta butaca refleja
el cambio de actitud hacia los objetos de diseño interior a finales
de los años sesenta, con presiciòn, 1967.
Valores
burgueses tradicionales, como la permanencia, los bienes materiales,
y la solidez, fueron cuestionados y rechazados.
Inspirado
por la cultura pop y las actividades del tiempo libre, los cuatro
arquitectos: Jonathan
De Pas, Donato D’Urbino, Paolo Lomazzi y Carla Scolari,
diseñaron
su primera pieza de mobiliario, adoptando el principio de
construcción que implica una zatara: luz, transparencia, movimiento
, fàcil almacenaje y bajo costo.
Al
igual que con el sofá "desechable", (diseñado por Willie
Landels para el mismo fabricante, en 1965), el carácter temporal de
un cuerpo de espuma de poliestireno, sin forma con una cubierta
sintética, es una expresión de la voluntad de cambio en el momento
en que el usuario se cansa de un objeto.
Aunque
la idea detrás de la butaca Blow deriva de un bote
inflable, el sillón requiere la creación de una nueva tecnología
de producción, ya que el PVC no se puede pegar como el neopreno.
Dado
que los diseñadores consideran la transparencia del material de suma
importancia, vienen realizados numerosos ensayos antes de que el
proceso de producción adecuado, la soldadura electrónica de la
lámina, fuera finalmente descubierto.
La
visión de Marcel Breuer - a mediados de los años veinte -
de ser capaz de sentarse en una columna de aire se hizo realidad con
la butaca Blow.
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